El deseo es objetivo; el anhelo no. El anhelo se refiere a lo que tiene ganas de explotar dentro de ti. Es interior; subjetivo. Si una rosa quiere convertirse en loto, es un deseo; pero si la rosa desea ardientemente llegar a ser una rosa, es un anhelo. Si la semilla quiere brotar y convertirse en un árbol es un anhelo. Es perfectamente admisible; es como debe ser. Pero si la semilla quisiera convertirse en una mariposa, sería un deseo.
El deseo es absurdo; el anhelo es existencial. El anhelo es bueno; el deseo es peligroso, y como la diferencia es tan sutil, conviene estar muy alerta.
Anhelo es la eclosión de lo interno; deseo es la acumulación de lo externo. El hombre desea dinero; el hombre anhela la meditación. El hombre desea poder; el hombre anhela la pureza. El hombre desea conocimiento; el hombre anhela la conciencia. El hombre desea el mundo; el hombre anhela a Dios.
Todo lo que en ti es intrínseco es anhelo. Desvía tus energías del deseo al anhelo. El anhelo es ralización.
Osho
El ABC de la Iluminación
viernes, 25 de junio de 2010
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